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Introducción
En la sociedad en la que vivimos estamos preocupamos por mantener nuestra belleza externa por medio de pendientes, anillos, cremas y esencias, pero esta belleza es efímera y perecedera. Existen tres cualidades para aumentar tu belleza que no se deteriora con el tiempo, sino que forman parte de la verdadera belleza que proviene de tu interior, aquellas cualidades que hacen florecer tu bienestar personal, que te permiten verte bien sin ningún adorno externo.
La verdadera belleza es atemporal y proviene de tu corazón.
Primera cualidad para aumentar tu belleza: Escucha.
Normalmente adornamos nuestras orejas con pendientes, con uno o con varios. Captamos la atención de los demás con brillantes, pero te volverás una persona realmente atractiva cuando aprendes a escuchar a los demás, mientras que silencias la emisora de radio continua que está en tu cabeza. Dile al otro:
Estoy aquí para ti.
Dejar de tener una mentalidad egoísta es aprender a callar para escuchar al otro, como dice San Francisco en su célebre oración: “Dando es como recibo”, por lo que, si quieres comprensión empieza por intentar comprender a los demás, sus sentimientos, sus necesidades.
Ofreciendo comprensión, recibirás comprensión.
La naturaleza ya nos da pistas con nuestra anatomía de cómo debería de ser nuestro comportamiento, tenemos dos orejas y una boca, por lo que deberíamos de escuchar el doble de lo que hablamos. También al reducir el número de palabras en nuestro día a día no sólo mejoraremos la relación con los demás sino también con nosotros mismos.
Por otra parte, sé selectivo con la información que te llega a tus oídos cada día, procura nutrirte con palabras que te inspiren a ser mejor persona, que te ayuden a superar los errores que todos cometemos y volver a intentarlo.
Rodéate a diario de personas que te inspiren.
Cuando Jesús se refiere en el Padre nuestro: “Danos hoy el pan de cada día”, se refiere también a la palabra de Dios como alimento. No dejes de escuchar a diario aquello que te hace tanto bien, aquello que te dirige de vuelta a casa, a tu estado original de bienestar. Así en cultura védica, se estudian las vedas, se recitan mantras y otro tipo de prácticas con mismo fin.
Segunda cualidad para aumentar tu belleza: Generosidad.
En nuestras manos solemos poder anillos y pintar las uñas para llamar la atención de los demás, pero la verdadera belleza está en la generosidad que seas capaz de dar a los demás.
Te conviertes en una persona que no mide lo que da, que da sin expectativas y sin buscar algo a cambio, pues cuando das buscando algo no es generosidad sino una relación comercial.
Ofrece lo que tienes desinteresadamente.
No se trata sólo de ayudar económicamente sino de poner al servicio de los demás lo dones que Dios te ha dado. Todos tenemos cualidades que nos hace únicos, todos tenemos regalos que, desde el agradecimiento, podemos compartir con los demás.
Tercera cualidad para aumentar tu belleza: Compasión.
De las tres cualidades para aumentar tu belleza ten en cuenta que tu cuerpo resplandece por la compasión que emana hacia otros. El amor es la flor que todos llevamos dentro de nosotros y la compasión el aroma que dejas en el mundo.
No te empeñes en que los demás te recuerden por el perfume que te pones en tu piel, deja que sean impactados por la calidad de tu presencia y la compasión hacia todas las formas de vida. El perfume quedará con ellos durante unos segundos, pero tus acciones podrán perdurar durante años, incluso más allá de esta existencia terrenal.
Tu verdadera elegancia está en ser fiel a tus valores.
Si tienes dudas de cómo ser compasivo en una situación, simplemente pregúntante: ¿qué no me gustaría que me hicieran a mí? En caso de una situación compleja en la que existen varias opciones decántate por realizar aquella que provoque el menor sufrimiento posible.
Cuando te hagan daño, no busques la venganza, mira al otro desde la compasión sabiendo que uno está actuando lo mejor que sabe y que puede según el entorno en el que ha crecido.



Conclusión
Espero que te haya gustado este artículo de tres cualidades para aumentar tu belleza atemporal y que aumenta con el paso de los años. Así que antes de poner unos pendientes acuérdate de escuchar a los demás, antes de poder un anillo de compartir otros los dones que Dios te ha dado y antes de poner un perfume recuerda de ser compasivo con los demás y no hacer nada que no te gustaría que te hiciesen a ti.
Regala tu presencia y todos verán tu belleza.
Si te gustaría profundizar más en estos temas no te pierdas el libro Dicha en el caos: recupera la alegría de estar vivo. También te invito a leer el articulo: No tienes que hacer nada para ser feliz.
Si tienes alguna duda házmelo saber en los comentarios, ya sabes que siempre te leo.
Espero nos volvamos a encontrar pronto.